miércoles, 3 de diciembre de 2014

Personas Mayores y la Animación Sociocultural

Con el inicio de la Jubilación, comienza una nueva etapa en la vida del ser humano. Esta etapa, genera muchos cambios a nivel individual como también en las relaciones que el sujeto mantiene con su entorno. Por otra parte, se tiende socialmente a desprestigiar a los y las jubilados/as. En este sentido, Limón (s.f: 261 ) establece que: “Demasiado a menudo se crea de los jubilados la imagen de que han dejado de contribuir a la marcha económica y que una vez superada una vida de trabajo, corresponde un período de reposo o inactividad. No es sorprendente que un gran número de jubilados acepte este papel. Una sociedad que pone cada vez más el acento en el rol de los jóvenes cierra las posibilidades a un rol constructivo de las personas mayores.”

Frente a ésto, Escarbajal de Haro y Martínez (2012:247) aclaran que “No solo nos referimos a que cada individuo envejece a un ritmo diferente, sino que también habríamos de tener en cuenta que una persona puede ser considerada vieja para ciertas actividades pero no para otras”.


Es por este motivo, que debemos comprender y promocionar como profesionales la idea de que la jubilación no es sinónimo de fin de la vida activa. Sino que es el comienzo de una etapa diferente que presenta nuevos retos y nuevas vivencias.

En el ámbito de la animación sociocultural, existen varios proyectos, recursos y actividades que fomentan la autonomía, el empoderamiento y la inserción de las personas mayores. Siguiendo a Limones, los destacaremos.

En un primer lugar, se encuentran los hogares y clubes, que son centros de reunión que promueven la convivencia de la personas mayores y la mejora de sus condiciones de vida a través de diferentes y variados servicios como información, orientación y asesoramiento, biblioteca, peluquería, actividades lúdicas y recreativas, actividades sociales y formativas, etc.

En un segundo lugar, se encuentran los Centros de día. Éstos, ofrecen durante el día una atención a las necesidades personales básicas, terapéuticas y socio-culturales de las personas mayores afectadas por diferentes grados de dependencia, promoviendo su autonomía y la permanencia en su entorno habitual.

En un tercer lugar, encontramos los Centros Residenciales, que son centros que ofrecen una atención integral y vivienda permanente a personas mayores de 60 años que, debido a su problemática familiar, social o económica, no pueden ser atendidas en sus propios domicilios.

Y por último, encontramos las Aulas de personas mayores, iniciadas por las Administraciones Públicas, aunque actualmente su gestión está a cargo de las propias asociaciones de personas mayores. Cabe destacar que los programas que se ofrecen son diversos, encontrando como los más habituales el cultural, ocupacional, de desarrollo físicopsíquico, de acción social y convivencia.

Teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, creemos que como Trabajadores Sociales debemos fomentar la utilización de estos recursos, la aceptación de los mismos por parte de otros colectivos y, sobretodo, información y asesoramiento al colectivo de jubilados para promocionar la autonomía y el empoderamiento de los mismos.


Bibliografía:

De Haro, A., y Martinez, S. (2012). Jubilacion, educacion y calidad de vida. Pedagogía social. Revista interuniversitaria, (20), 245-272.

Limón, M.R (s.f). La Animación Sociocultural en las personas adultas y en la tercera edad.